Las cosas buenas se viven, las malas se escriben

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Las cosas buenas se viven, las malas se escriben

Cuando vivimos un momento, no conseguimos coger todos sus aspectos, porque estamos

sumergidos en la situación; siguientemente somos llevados a examinar p 636f58g rincipalmente los

aspectos negativos de lo que vivimos, a lo mejor porque no queremos que vuelvan a suceder.

Al comienzo escribir, y sobre todo leer, lo que hemos vivido nos hace estar peor, porque

traemos a la memoria lo que quiseramos olvidar, pero después, ver las cosas desde un punto

de vista externo, nos ayuda a enfocar mejor todas las causas de lo que nos ha hecho estar mal,

considerar los posibles errores que hemos cometido y como consecuencia adoptar una actitud

nueva para el futuro.

Al contrario, tenemos la tendencia a conservar las cosas positivas dentro de nosotros,

raramente las decimos a los demás y con mayor razón las escribimos. Yo pienso que la

mayoría de la gente se comporta así, porque, inconscientemente, tiene miedo que, expresando

lo que siente, lo va a perder. En realidad, para mí, cuando expresamos a nuestros amigos las

experiencias buenas que hemos vivido, estas llegan a ser más intensas y se imponen

mayormente dentro de nosotros.

Por lo que he experimentado, puedo decir que expresar las cosas, buenas o malas que sean,

nos hace crecer y conocer mejor a nosotros mismos, quien somos y que queremos.