Caricare documenti e articoli online 
INFtub.com è un sito progettato per cercare i documenti in vari tipi di file e il caricamento di articoli online.


 
Non ricordi la password?  ››  Iscriviti gratis
 

Mitos y Leyendas Paisas - La Patasola

finanze



 www.raicespaisas.org

Mitos y Leyendas Paisas




La Patasola

Propia de toda la región antioqueña y el Tolima grande. 

Cuentan que la Patasola es el espíritu de una mujer infiel que tenía amores con el patrón de su esposo; cuando el esposo descubrió el engaño mató al patrón con un machete y a ella le cortó una pierna, ella corrió con su única pierna hasta que se desangró y murió. Tambien cuentan que era una mujer que perdió una pierna por estar cortando leña un Viernes Santo, cuando supuestamente nadie debe trabajar ni hacer nada, y quedó condenada a errar por el mundo, y se oyen sus gritos de dolor en la noche, con la particularidad de que cuando se oye lejos está cerca y cuando se oye cerca esta lejos.

Es una figura femenina con una sola pata en forma de tronco de 737b13h árbol que termina en una pezuña o una garra de oso, con la que avanza con rapidez. Tiene un solo seno en el pecho y brazos muy largos con manos como garras. Su aspecto es aterrador : cabellera enmarañada, grandes ojos de tigresa, boca grande, colmillos enormes.

Habita en los montes y se la ha visto cantando trepada en un árbol esperando la salida de la luna .  Es defensora de los animales  salvajes y de los montes. Se cree dueña y señora de la selva rodeada de fieras y bichos maléficos. Persigue a los cazadores, a los mineros y a los aserradores y odia los sembrados, los machetes y los perros.

Se presenta a veces como una mujer bellísima y seductora que llama a los hombres y los atrae para enamorarlos, pero a medida que avanza hacía la oscuridad del bosque se va transformando en un mostruo con ojos de fuego, boca inmensa con dientes de felino, y una cabellera de medusa despeinada que cae sobre el rostro para ocultar su fealdad  y los devora hasta dejar los huesos pelados y regados por todas partes; los que consiguen escapar regresan trastornados

En otras ocasiones, oyen los lamentos de una mujer extraviada; la gritan para auxiliarla, pero los quejidos van tornándose más lastimeros a medida que avanza hacia la víctima y, cuando ya está muy cerca, se convierte en una fiera que se lanza sobre la persona, le chupa la sangre, y termina triturándola con sus agudos colmillos.

Despista a los cazadores y a los perros, borrando las huellas de las piezas de caza y deja en su lugar la huella de su pezuña o imitando la del animal perseguido en sentido contrario hacia donde escapan los animales , lo cual  hará extraviarse en el bosque a los cazadores, con el fin de acercarse a velocidades increibles para poder atacarlos, o para atormentarlos por las noches con caricias torpes hasta debilitarlos.

Tambien persigue a los a los mineros que tengan muchas herramientas, porque odia el hacha, la peinilla o el machete y castiga a los agricultores mandándoles vendavales para destrozar sus plantíos, y más si son de maíz.

Ocasionalmente también se aparece a los niños como una mariposa que los sonsaca hasta el bosque para chuparles la sangre.

Dice la Leyenda que cuando ella mata a alguien, se sienta contenta a cantar: 


Yo soy más que la sirena; 
En el monte vivo sola; 
Y nadie se me resiste 
Porque soy la Patasola. 

En el camino, en la casa, 
En el monte y en el río
En el aire en las nubes
Todo lo que existe es mío.

Pintura elaborada por el maestro Arturo Ignacio Florez B

El único modo de aullentarla es estar siempre acompañado de animales domésticos, principalmente perros, o recurriendo a la candela o a un hacha.

El gran novelista colombiano Tomás Carrasquilla Naranjo describe así a el Patasola (al que, discrepando con la mayor parte de las tradiciones, da género masculino) en su novela La marquesa de Yolombó: Aquí habita El Patasola, que, disparándose del monte, en tres zancadas, desgaja los frutales, rompe cercos, hunde techos y cuanto topa, con su única pezuña, hendida como la de un marrano babilónico. No se conoce contra que le valga.

Las Patasolas nacieron a la mitología popular nuestra cuando se iniciaron los trabajos de descuajamiento de las selvas tropicales, empresa heroica en que la derriba de los árboles constituye una verdadera lucha entre el hombre y la selva. La Selva  aquí se personifica en un genio tutelar de sus dominios y es la enemiga del hombre en forma de un endriago de cabellera  enmarañada (ramajes) y de una sola pata (tronco del árbol) que le da su nombre de "patasola". Todos los percances consiguientes a la labor de los hacheros y aun de los mineros que trabajan en las montañas (ríos selváticos en donde se hallan las minas de oro de aluvión) se atribuyen a la agresión de las Patasolas. La motivación de este mito como presencia femenina se debe a las circunstancias vitales de la Selva, en cuyos trabajos el hombre está solo, ya que la mujer poco participa  en tan ruda y peligrosa faena, y por ello la imaginación crea naturalmente la presencia del sexo complementario en estas deidades femeninas. La violenta labor del hachero termina con la caída del árbol que aquí simboliza a la Selva como hembra dominada y vencida pero, a veces, trágicamente vencedora. Cuando hacheros o mineros se pierden en la selva, es corriente el dicho: "Se lo llevó la Patasola".

Jaramillo, Agustín Londoño (1988): El testamento del Paisa, Medellín: Susaeta Ediciones.

Ocampo López, Javier (1996): Leyendas populares colombianas, Bogotá: Plaza y Janés.

Carrasquilla, Tomás (1974): La marquesa de Yolombó, ed. crítica de Kurt L. Levy, Bogotá: Instituto Caro y Cuervo, Biblioteca Colombiana X



El Mohan, Mojan o Muan

Es el mito más generalizado en Colombia y está enraizado en costumbres indígenas. Se dice que era un hechicero que tuvo una visión anticipada de la llegada de los españoles y de los terrores de la conquista, por lo cual se refugió en el monte y se convirtió en el dios de los ríos. Su nombre corresponde a la voz muisca "mojas", con que los Chibchas denominaban a sus sacerdotes o hechiceros. Para algunos es una divinidad acuática; para otros es un espíritu maléfico que causa muchos daños imperdonables.

Su descripción es la de un indio viejo de tamaño gigantesco, aspecto demoníaco y parecido a una fiera. Personaje vegetal, musgoso, su cuerpo esta cubierto con una larga cabellera desgreñada, con uñas muy largas y afiladas. Parece tener cara de león a causa de la abundante melena, con tez quemada,  sus ojos son desorbitados y chispeantes como brasas encendidas, su boca muy grande y con dientes de oro.

Espíritu tutelar de las aguas; vive en los pozos oscuros de los ríos y quebradas tropicales Tiene un silbido profundo que es escuchado en todo el monte. Ha sido visto fumando tabaco, arreglando atarrayas, cantando y tocando tiple. Bogas, pescadores y lavanderas lo vieron infinidad de veces en la playa del rio, pescando, cocinando, peinándose; o bajar en una balsa bien parado, por "la madre del río" tocando guitarra o flauta. En noches de tempestad lo han visto pescando y riendo a carcajadas.

Es travieso, medio sátiro, andariego, aventurero, músico, libertino, juguetón  y con las muchachas es enamoradizo, bastante sociable, muy obsequioso y serenatero. Pero tambien puede ser traicionero y receloso, perseguidor de muchachas,  hipnotizador, embaucador y feroz.

Como vive en los ríos, le gusta asomarse a ver bañar las muchachas bellas  y a las lavanderas, para llevarselas para el monte.

Los pescadores se quejan de hacerles zozobrar sus embarcaciones, de raptarles los mejores bogas, ahuyentarles los peces, robarles las carnadas y los anzuelos; dicen que les enreda las redes de pescar, llegando a veces a ahogarlos, sobre todo a orillas del río Magdalena;  es pues, el responsable de la muerte de los que perecen ahogados en los ríos selváticos.

Es además antropófago, se roba los niños y después de chuparles la sangre se los come asados.

Dicen tambien que se le ve siempre como un espíritu justiciero que castiga las transgresiones de las normas religiosas: castiga a los hombres que no oyen misa y trabajan en día de precepto, llevándoselos a las insondables cavernas que posee en el fondo de los grandes ríos

Siempre que lo veían, su fantasmal aparición era indicio de males mayores como inundaciones, terremotos, pestes, etc

Para ahuyentar al Mohán, los pescadores utilizan plomadas de cobre en sus redes y atarrayas, además de navegar corriente arriba; y como es un gran fumador, para calmarlo le dejan tabaco en las rocas cerca a los ríos.

Nace probablemente de la imaginación sugerida por la oscuridad de  ciertos parajes de los ríos en donde la vegetación parece afectar figuras de hombres o fantasmas.


Jaramillo, Agustín Londoño (1988): El testamento del Paisa, Medellín: Susaeta Ediciones

Otras fuentes, en internet.




 www.raicespaisas.org

Información de contacto: misraicespaisas@yahoo.com




Privacy




Articolo informazione


Hits: 5914
Apprezzato: scheda appunto

Commentare questo articolo:

Non sei registrato
Devi essere registrato per commentare

ISCRIVITI



Copiare il codice

nella pagina web del tuo sito.


Copyright InfTub.com 2024